domingo, 4 de mayo de 2014

Cosas que pasan cuando entras a la Universidad

DISCLAIMER: Este post es un artículo que escribí hace un año más o menos para juvenoide.cl, nunca me pescaron así que se los comparto a ustedes.


Cuando estamos en el colegio lo único que queremos es salir. Vemos en las películas gringas que la Universidad es lo mejor que hay, fiestas todo el día, mucho tiempo libre, etc. También vemos en los anuncios del metro o las micros a universitarios felices, con sus mochilas de colores y siempre con una sonrisa en la cara. Bullshit.

Obvio que cuando estái en la U hay más autonomía, ciertamente hartas fiestas y panoramas entretenidos, pero con esta transición suceden ciertos cambios, en nuestro estilo de vida y en nosotros mismos, además de situaciones que se suelen repetir, todo sobre lo cual recogeremos los más típicos en este artículo.

1) Engordar

Es clásico que cuando entramos a la U, tambien empezamos a entrar en kilos. Los días enteros de estudio, los horarios satánicos (un saludo para los que entran a las 8:30 y salen 12 horas después), la comida chatarra que siempre es más barata (especialmente cuando tu facultad no tiene casino), la ansiedad y que el tiempo libre se va carreteando (esto no cuenta para los alumnos de Medicina, pues no tienen), vuelven de nuestros esbeltos cuerpos del verano after-PSU, nuestro templo cultivado durante la media, a pito de jugar harto a la pelota, ir al gimnasio y comer relativamente sano, en algo parecido al robusto personaje de Star Wars que vemos en la foto.

Jabba fue estudiante de Derecho


 2)    Desastrarnos

Sucede también, aunque en su mayoría son hombres los que sufren esta tendencia, que comenzamos a descuidar nuestra imagen, o al menos a mutarla de una manera que ni nuestra abuelita lo hubiera imaginado en sus peores pesadillas. Nos dejamos el pelo largo, la barba desaliñada, nos llenamos de aros, alguno que otro se hace un tatuaje, y es cuando nos damos cuenta que nuestro clóset tenía mucha menos ropa de lo que pensábamos. Mientras que en el colegio teníamos un lindo uniforme, el cuál nuestra mamá se preocupaba de lavar para que siempre fueramos impecables al colegio, en la universidad tenemos la facultad de elegir la ropa que queramos usar, aunque nunca falta el compañero que viene con el mismo pantalón todo el mes y que se cambia la polera cuando ya parece trapo de cocina. Esperamos que a ustedes nos les pase lo mismo chiquillas.
         
3) Estrés

El estrés, stress si usted lo prefiere. La enfermedad del estudiante universitario. El causante de que mientras estudiamos nos saquemos la mitad del pelo de puro nervio. Obviamente no falta nuestro querido compañero de curso que está de lo más tranquilo porque ha ido a todas las clases (hablaremos más adelante de el) y esta preparadísimo para la prueba pero no. No. El chileno está estudiando siempre a última hora, calentando la materia, y rezando porque le pregunten lo que mejor se sabe, pero ok, que le vamos a hacer, ¡típico chileno!
        
Pa' variar tomandose un copete, típico Chileno!

         4) Necesidad vital de apuntes de tu compañero

Para introducir este punto, debemos citar la conversación de dos compañeros 3 días antes de una prueba:
-Buena weón.
-Buena loco, qué onda?
-Nada... Oye tenís los apuntes pa' la prueba del Viernes?
-Chucha, hay prueba el Viernes?
-Sí.
-Conchatumadre, estamos cagaos.
-Pero weón, el [inserte nombre de compañero mateo] debe tenerlos!
-Demás! Uf, salvamos.

Del 100% de los alumnos de un ramo, con suerte el veinte toma apuntes, y de ese veinte siempre hay solo uno o dos weones que los toman perfecto, y si hay suerte, suelen compartirlos. Para los controles de lectura lo mismo, que dónde está el resumen, que no sé quién había hecho uno, etc. La cosa es que para el alumno regular, este compañero y estos apuntes, son cruciales en su desempeño académico.
Es en este momento, donde tú, que estás leyendo el post, pienses en esos compañeros que te salvaron más de una vez, y les escribas algo bonito en su Facebook o Twitter, mándale una carita feliz por Whatsapp, que se yo. Si por otra parte, tú eres uno de esos alumnos, mis respetos, tus compañeros te valoran mucho más de lo que tú crees.

5)    Carretes de la U

Cuando somos simples cachorros (por no decir mechones ni novatos) llegamos a la universidad ingenuamente, mientras nuestros compañeros más viejos saben lo que va a pasar; todos se van a reventar. En el colegio hay harta gente que no toma tanto (?), y que al llegar a la U piensan que será igual de fácil moderarse y mantener la compostura. Son esas mismas personas quienes en la primera tertulia llegan piolita, con uno o dos amigos y sin conocer mucha gente, pero cuando empiezan a vaciarse los pitcher y los vasos de piscola, le hablan al compañero que no cachan, de lo buena onda que son en la carrera y de cómo tendrían que matar todos el vaso al seco para celebrar el comienzo de este hermoso período universitario...

6)      Las cañas infernales.

…dia siguiente, 2 PM, abres los ojos y el dolor se expande por todo tu ser. Ayer tuviste uno de tus primeros carretes de la facultad y recuerdas vagamente lo que sucedió anoche. OK, es verdad que en el colegio también tuviste tus curaderas y cañas malditas, pero posiblemente en la U es donde tendrás tus carretes más memorables, acompañados de una caña del nivel de estos mismos. Te duele hasta pestañear, y tu día entero está perdido. Quizá el lunes cuando llegues a clases, tus amigos se rían y digan algo así como “¡lo pasaste bien el viernes parece!” o quizá “jajaja, diste la cacha, pero nos cagamos todos de la risa”, si eso ocurre, tomatelo a la ligera (no como las piscolas del viernes, claro) y ríete, esto va a seguir pasando durante toda la carrera, y no siempre te va a tocar a tí. (Y lee este artículo del Blog! --->Despertarse con caña)
Tú después de darte la pala.

Gracias por la lata.



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