Vivimos en un mundo Pokemon, Pokemon!
Pokemon GO se ha vuelto un fenómeno mundial en la semana que lleva disponible en la Play Store y la App Store. Superó incluso los usuarios activos (aquellos que ingresan a la aplicación al menos una vez al día) de otros juegos como Candy Crush, que ostentaba el récord de usuarios diarios con 20 millones - Pokemon GO tiene 21 millones.
El juego, una mezcla de realidad aumentada con los juegos típicos de la franquicia, usa el sistema GPS del celular para ubicar al usuario como un entrenador Pokemon, usando los mapas de Google como referencia para el juego.
Ahora, ¿Cuando estará disponible en Chile?
Hace una hora al menos (22:00 de Chile) se crearon los servidores para Argentina, Brasil y Chile. Esto no significa que estén disponibles aún, sino que la empresa ya se encuentra haciendo pruebas previas a su lanzamiento, y por el momento el juego sigue sin mostrar Pokemones, Gimnasios y Pokeparadas. Pueden revisar el estado de los servidores aquí: Server Status
Sin embargo, con otros países ha sucedido que a las 4:00 AM (hora de Chile) se abren los servidores para los usuarios, en días posteriores a la creación del server, por lo tanto, lo más posible es que esta semana tengamos la posibilidad de comenzar a jugar Pokemon GO.
Paciencia a adultos nostálgicos y niños que reviven esta franquicia tan exitosa de Nintendo, compañia que ha subido sus acciones hasta lograr un récord en su historia, incluso más que cuando la primera consola de Nintendo, el NES, fue puesta en el mercado.
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lunes, 18 de julio de 2016
domingo, 10 de julio de 2016
Lo que pasa cuando carreteas en la cota mil
Distinguidísimos lectores, les cuento que el equipo ha crecido en una integrante, así que aprovecho la instancia para darle la bienvenida a Javiera. La Javi tomará el control femenino del blog (que de repente tanto falta), y compartirá sus experiencias y opiniones con ustedes. Coméntenle harto y ríanse más aún por que ganas no les faltaran. Un abrazo grande y visiten AblogFO con regularidad, se vienen mas posteos pronto! Sin más preámbulo, les dejo el primer post de Javiera.
Era el día del último examen del semestre y apenas lo entregué sólo pensaba en irme a dormir toda la tarde porque en la noche iba a salir con mis amigas a carretear para celebrar el fin de estos cuatro meses de mierda que nos tenían todas moretiás y con secuelas psicológicas. No le tenía nada de fe a la cosa, pero se suponía que era un carrete que prometía, los chiquillos de ingeniería nos habían invitado ellos mismitos (primer indicio del pedazo de error). Prueba de que el instinto feminazi no falla.
Ya era la noche y nos pusimos a tono mientras hacíamos las típicas hueas de mina pre carrete (con vaso en mano y reggaetón de fondo):
- ¿Me queda bien este color de labios?
- ¿No me queda mal la polera?
- Píntame los ojos, porfa.
- ¿Préstame tu polera?
Filo, partimos todas prendías y confiás en que la cosa estaba buena. Nos demoramos como mil años en llegar porque la cosa era en Plaza San Enrique (segundo indicio). Juro que nunca en la vida había estado tan arriba, casi sentía que mi pelo se estaba volviendo rusio y que en cualquier momento la altura iba a hacer que me faltara el oxígeno.
Llegamos. Estaba la típica mina idiota afuera peleando con el guardia tratando de convencerlo que sólo quería entrar a hacer pipí y que para eso no necesitaba pasarle su carnet (seguramente estaba en esa misma discusión hace al menos 10 minutos porque la cara del guardia era para ir a conocer a la suegra).
El guardia nos vio, miró nuestros carnet (que teníamos en la mano), nos hizo pasar y volvió a discutir con la señorita de la entrada.
Pobre.
Entramos. Había menos gente de la que pensé. Nos miramos y fuimos a buscar una piscola porque estaban a luca hasta la 1 y había que aprovechar. Así que empezamos la noche con piscola en mano y bailando música no tan prendía (tercer indicio), entre reggaetón no tan bueno, electrónica (demasiada) y lo que yo llamo 'la cumbia de los cuicos': rumbai y márama, esa cumbia que no tiene derecho a llamarse cumbia por ningún lado. Pero no nos dimos por vencidas. Queríamos que la cosa se descontrolara, si igual podíamos prender solas... para puro tener el recuerdo de un buen cierre de semestre.
Empezó a llegar más gente y no sé en que momento se llenó de patas de elefante, cabezas rubias, croptops, chaquetas peludas (tipo chewbacca), camisas abotonás con una polera blanca sin mangas de bajo, polerones con cierre y gorro y la infaltable medallita religiosa al cuello (no sé en que indicio voy pero la hueá estaba más clara que echarle agua).
Una pura mirada entre nosotras y supe que eran de las mías.
Todas habíamos notado lo mismo. Pensé para mis adentros: "filo, cada uno en su volá, la vamos a pasar bien igual... Aparte estamos siendo muy prejuiciosas", y se me olvidó el tema. Seguíamos no tan prendidas por la música cuando un muchacho me saca a bailar y me ultra juró que no iba a intentar hacer nada porque él estaba pololeando así que accedí. (Nota: chiquillos no es que seamos maracas y salgamos a bailar sólo para decirles que no, es que lo que pasa es que la mayoría solo queremos bailar y webiar y lo cargoso da lata y terminan siendo canciones perdidas tratando de que no te violen, cuando lo único que queríai era bailar. Así que terminan pagando justos por pecadores y a todos les terminamos diciendo que no no más).
Igual al weon no le creí mucho que no iba a tratar nada, pero cumplió.
Intercambiamos un par de palabras bien espaciadas en canciones. Se llamaba Nico e iba en tercer año de alguna ingeniería. Ya estaba empezando a decirme a mí misma: "pensé que iba a ser más hueco y cuico", cuando suelta la bomba atómica:
-¿De qué colegio saliste?
"¡¿Qué?!" -pensé-"salió hace mínimo tres años y no ha superado el colegio."
No sé que cara habré puesto que me preguntó: ¿Qué pasa? Le contesté. Nunca en la vida había escuchado la huea de nombre, estoy segura, pero no me puso mala cara sólo porque mi colegio tiene "San" en el nombre, sinónimo en la alta sociedad de estatus. Y le pregunté por cortesía de qué colegio había salido él (aunque las posibles respuestas eran obvias): del Grange.
Lo cacho únicamente porque he pasado por fuera y la hueá es más grande que el ego de los del Nacional. No puse ninguna cara porque era obvio de qué tipo de colegio había salido como para querer saber a toda costa de dónde provenía esta muchacha que bailaba con él. Listo, dije. Logro desbloqueado. Le intenté dar una oportunidad a la raza rusia ojitos celestes de reivindicarse en mi mente y no lo habían conseguido. Me estaba preparando para decirle que quería ir a bailar con mis washas cuando abre la boca de nuevo:
-¿Cachai a la Maca Shjksuwjaj (apellido tan cuico que ni si quiera recuerdo la pronunciación)?
Pensé que era alguien que había salido de mi colegio, que era lo único que él sabía de mí (porque por qué otra razón me preguntaría por alguien si no pensara que teníamos algo en común).
-No -Le contesté- ¿Salió de mi colegio?
-No -me dijo tranquilo-, salió del San Benito (otro colegio ultra cuico que te convierte automáticamente en la Reina Isabel si es que alguna vez lo pisaste siquiera). Esa fue la gota que rebalsó el vaso. Qué tan chico creen que es el mundo estos espécimenes cómo para pensar que sólo porque alguien salió de ahí es digno de que todos lo conozcan. Seguramente puse cara de what weá otra vez (pobrecillo) porque me miró con cara de "no comprendo".
Era el día del último examen del semestre y apenas lo entregué sólo pensaba en irme a dormir toda la tarde porque en la noche iba a salir con mis amigas a carretear para celebrar el fin de estos cuatro meses de mierda que nos tenían todas moretiás y con secuelas psicológicas. No le tenía nada de fe a la cosa, pero se suponía que era un carrete que prometía, los chiquillos de ingeniería nos habían invitado ellos mismitos (primer indicio del pedazo de error). Prueba de que el instinto feminazi no falla.
Ya era la noche y nos pusimos a tono mientras hacíamos las típicas hueas de mina pre carrete (con vaso en mano y reggaetón de fondo):
- ¿Me queda bien este color de labios?
- ¿No me queda mal la polera?
- Píntame los ojos, porfa.
- ¿Préstame tu polera?
Filo, partimos todas prendías y confiás en que la cosa estaba buena. Nos demoramos como mil años en llegar porque la cosa era en Plaza San Enrique (segundo indicio). Juro que nunca en la vida había estado tan arriba, casi sentía que mi pelo se estaba volviendo rusio y que en cualquier momento la altura iba a hacer que me faltara el oxígeno.
Llegamos. Estaba la típica mina idiota afuera peleando con el guardia tratando de convencerlo que sólo quería entrar a hacer pipí y que para eso no necesitaba pasarle su carnet (seguramente estaba en esa misma discusión hace al menos 10 minutos porque la cara del guardia era para ir a conocer a la suegra).
El guardia nos vio, miró nuestros carnet (que teníamos en la mano), nos hizo pasar y volvió a discutir con la señorita de la entrada.
Pobre.
Entramos. Había menos gente de la que pensé. Nos miramos y fuimos a buscar una piscola porque estaban a luca hasta la 1 y había que aprovechar. Así que empezamos la noche con piscola en mano y bailando música no tan prendía (tercer indicio), entre reggaetón no tan bueno, electrónica (demasiada) y lo que yo llamo 'la cumbia de los cuicos': rumbai y márama, esa cumbia que no tiene derecho a llamarse cumbia por ningún lado. Pero no nos dimos por vencidas. Queríamos que la cosa se descontrolara, si igual podíamos prender solas... para puro tener el recuerdo de un buen cierre de semestre.
Empezó a llegar más gente y no sé en que momento se llenó de patas de elefante, cabezas rubias, croptops, chaquetas peludas (tipo chewbacca), camisas abotonás con una polera blanca sin mangas de bajo, polerones con cierre y gorro y la infaltable medallita religiosa al cuello (no sé en que indicio voy pero la hueá estaba más clara que echarle agua).
Una pura mirada entre nosotras y supe que eran de las mías.
Todas habíamos notado lo mismo. Pensé para mis adentros: "filo, cada uno en su volá, la vamos a pasar bien igual... Aparte estamos siendo muy prejuiciosas", y se me olvidó el tema. Seguíamos no tan prendidas por la música cuando un muchacho me saca a bailar y me ultra juró que no iba a intentar hacer nada porque él estaba pololeando así que accedí. (Nota: chiquillos no es que seamos maracas y salgamos a bailar sólo para decirles que no, es que lo que pasa es que la mayoría solo queremos bailar y webiar y lo cargoso da lata y terminan siendo canciones perdidas tratando de que no te violen, cuando lo único que queríai era bailar. Así que terminan pagando justos por pecadores y a todos les terminamos diciendo que no no más).
Igual al weon no le creí mucho que no iba a tratar nada, pero cumplió.
Intercambiamos un par de palabras bien espaciadas en canciones. Se llamaba Nico e iba en tercer año de alguna ingeniería. Ya estaba empezando a decirme a mí misma: "pensé que iba a ser más hueco y cuico", cuando suelta la bomba atómica:
-¿De qué colegio saliste?
"¡¿Qué?!" -pensé-"salió hace mínimo tres años y no ha superado el colegio."
No sé que cara habré puesto que me preguntó: ¿Qué pasa? Le contesté. Nunca en la vida había escuchado la huea de nombre, estoy segura, pero no me puso mala cara sólo porque mi colegio tiene "San" en el nombre, sinónimo en la alta sociedad de estatus. Y le pregunté por cortesía de qué colegio había salido él (aunque las posibles respuestas eran obvias): del Grange.
Lo cacho únicamente porque he pasado por fuera y la hueá es más grande que el ego de los del Nacional. No puse ninguna cara porque era obvio de qué tipo de colegio había salido como para querer saber a toda costa de dónde provenía esta muchacha que bailaba con él. Listo, dije. Logro desbloqueado. Le intenté dar una oportunidad a la raza rusia ojitos celestes de reivindicarse en mi mente y no lo habían conseguido. Me estaba preparando para decirle que quería ir a bailar con mis washas cuando abre la boca de nuevo:
-¿Cachai a la Maca Shjksuwjaj (apellido tan cuico que ni si quiera recuerdo la pronunciación)?
Pensé que era alguien que había salido de mi colegio, que era lo único que él sabía de mí (porque por qué otra razón me preguntaría por alguien si no pensara que teníamos algo en común).
-No -Le contesté- ¿Salió de mi colegio?
-No -me dijo tranquilo-, salió del San Benito (otro colegio ultra cuico que te convierte automáticamente en la Reina Isabel si es que alguna vez lo pisaste siquiera). Esa fue la gota que rebalsó el vaso. Qué tan chico creen que es el mundo estos espécimenes cómo para pensar que sólo porque alguien salió de ahí es digno de que todos lo conozcan. Seguramente puse cara de what weá otra vez (pobrecillo) porque me miró con cara de "no comprendo".
Agradecí en mi mente de que no hayan puesto cumbia de la wena porque el pobre se hubiese asustado del ser guachaca en que me convierto y con un gentil beso en la mejilla le dije: "ya, me voy a bailar con mis amigas. Que estés bien."
No me costó nada encontrar a las mías. Caminé hacia lo que parecía un ritual satánico con mujeres bailando en círculo al rededor de la ropa (las otras mujeres no iban a arriesgar su ropa importada de Estados Unidos tirándola al piso). Llegué y lo primero que hice fue contarles mi experiencia espiritual con el muchacho. Nos reímos hasta que nos dio puntás, nos tomamos lo que nos quedaba al seco y nos fuimos.
Y así figurábamos, tres muchachas arreglás como para una disco (aunque a esa altura de la geografía debíamos parecer indigentes), con ganas de carretear hasta que las patas ya no respondieran, abrazás, decepcionadas y riéndonos de la mala decisión de irnos a meter ahí y no seguir nuestro instinto.
Prometimos comprarnos una peluca rubia, una medalla de oro y un chewbacca para no desentonar tanto la próxima vez, aunque sé que ninguna quiere volver por esos lares jamás.
Salud por mi melena y ojos café caca, las cumbias de la buenas y las piscolas al seco.
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Gracias por leer :)
No me costó nada encontrar a las mías. Caminé hacia lo que parecía un ritual satánico con mujeres bailando en círculo al rededor de la ropa (las otras mujeres no iban a arriesgar su ropa importada de Estados Unidos tirándola al piso). Llegué y lo primero que hice fue contarles mi experiencia espiritual con el muchacho. Nos reímos hasta que nos dio puntás, nos tomamos lo que nos quedaba al seco y nos fuimos.
Y así figurábamos, tres muchachas arreglás como para una disco (aunque a esa altura de la geografía debíamos parecer indigentes), con ganas de carretear hasta que las patas ya no respondieran, abrazás, decepcionadas y riéndonos de la mala decisión de irnos a meter ahí y no seguir nuestro instinto.
Prometimos comprarnos una peluca rubia, una medalla de oro y un chewbacca para no desentonar tanto la próxima vez, aunque sé que ninguna quiere volver por esos lares jamás.
Salud por mi melena y ojos café caca, las cumbias de la buenas y las piscolas al seco.
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Gracias por leer :)
viernes, 1 de julio de 2016
Estar curao.
No se ni como me acorde que tipo de letra tenía que poner...
Hoy estoy ebrio. Estoy escribiendo, me equivoco, vuelvo a escribir y reviso de nuevo. Lo más probable es que no cometa ninguna falta de ortografía evidente porque me estoy preocupando de la wea.
Son las seis con dieciséis de la mañana y estoy feliz.
No por haber tomado harto. No por haber webiado harto.
Estoy feliz porque compartí con personas que considero mis hermanos. La amistad es algo impagable, inmesurable e inesperado.
Para ustedes, señoras, señoritas y caballeros lectores, debe ser muy cierto que sus mejores amigos no los eligieron; llegaron, pasaron y los quisieron. Es muy difícil pensar que "cranearon" quererlos o no.
En resumen, los cabros (o cabras...; siempre tener claro el disclaimer de que las cosas que escribo son desde mi perspectiva) que llegaron a su vida, llegaron por la vida misma.
Quieran, amen, entreguen. Escuchen, hablen, piensen.
Son solo consejos de quien quiere lo mejor para el que lo lee.
Un abrazo,
Ablogfo.
Hoy estoy ebrio. Estoy escribiendo, me equivoco, vuelvo a escribir y reviso de nuevo. Lo más probable es que no cometa ninguna falta de ortografía evidente porque me estoy preocupando de la wea.
Son las seis con dieciséis de la mañana y estoy feliz.
No por haber tomado harto. No por haber webiado harto.
Estoy feliz porque compartí con personas que considero mis hermanos. La amistad es algo impagable, inmesurable e inesperado.
Para ustedes, señoras, señoritas y caballeros lectores, debe ser muy cierto que sus mejores amigos no los eligieron; llegaron, pasaron y los quisieron. Es muy difícil pensar que "cranearon" quererlos o no.
En resumen, los cabros (o cabras...; siempre tener claro el disclaimer de que las cosas que escribo son desde mi perspectiva) que llegaron a su vida, llegaron por la vida misma.
Quieran, amen, entreguen. Escuchen, hablen, piensen.
Son solo consejos de quien quiere lo mejor para el que lo lee.
Un abrazo,
Ablogfo.
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