miércoles, 11 de octubre de 2017

Carta abierta a la Selección Chilena de Fútbol

Los chilenos silentes, Plaza Italia al desnudo, un nudo en la garganta, y un agujero en el pecho.

Gracias por tanto y perdón por tan poco.

Gracias chicos, por darle a este Chile tantas felicidades.
Gracias por darnos la confianza y pasión que siempre debimos tener y que siempre debemos aguantar.
Gracias por hacerle creer a unos jóvenes de veinte y tantos años que en sus manos estaba la felicidad de un país, y aunque pasajera, la estuvo.
Gracias por cambiar esa mentalidad derrotera, del chileno penca y sufrido.
Gracias por hacernos creer que podíamos ganarles a todos y en cualquier parte.
Gracias por avivar esa llama Chilena, ese sentimiento que nos arde a cada uno y que deberíamos tener cada vez que alguna adversidad se nos presenta.
Gracias por enseñarle al mundo que el último país del globo tiene mucho más que dar que lo que todos creen.
Gracias por los que se comprometieron de verdad, dieron la vida en la cancha y el ejemplo fuera de ella.

Perdón por siempre quedarnos con lo peor, con las tristezas y los fracasos en la piel.
Perdón por chaquetear apenas algo sucedía, y arrepentirnos cuando sus acciones nos callaban.
Perdón por sentirnos tan altos, cuando nosotros mismo criticabamos al más bajo de ustedes.
Perdón por no entender que el corazón y el amor por la camiseta no es suficiente para meter esa esférica dentro de los tres palos.
Perdón por no rompernos la garganta cantando el himno para que sonara en los lugares más recónditos del planeta.
Perdón por no agradecer el trabajo de tantos jugadores que en la cancha pasan desapercibidos.
Perdón por no disfrutar esos grandes momentos de gloria y atesorarlos en el corazón cuando la derrota se nos presentaba.
Perdón por no confiar en algunos de ustedes que nos cerraron las bocas con garra y buen fútbol.
Perdón por sentirnos genios y figuras, cuando nosotros mismos no damos ni el 10% de lo que ustedes han dado por la selección.

Perdón por no quererlos tanto ahora que no vamos a Rusia, como los quisimos cuando nos dieron nuestros dos primeros palmarés internacionales.

Gracias por tanto, y perdón por tan poco.

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